Roberto Cruz y Raymundo López
Los curanderos chinantecos aprenden a curar en sus sueños, alivian los malestares de los enfermos con las plantas del bosque: hoja de ángel, árnica, raíces de viuda negra, cacha de venado y resina de pino los curan del insomnio, los golpes, el dolor de muelas, las torceduras y las fracturas. Tienen la farmacia a sus pies.